Aislados completamente del mundo. Así han vivido un anciano vietnamita, Ho Van Thanh y su hijo, Ho Van Lang. En mitad de la jungla y en una rústica cabaña de madera construida en un árbol.
Todo desde hace 40 años, en plena guerra de Vietnam, cuando un bombardeo arrasó la casa del hombre y acabó con su familia. Su hijo, que por aquel entonces era tan solo un bebé, se ha criado allí solo junto a su padre y apenas sabe articular palabra.
Ahora las autoridades, tras adentrarse en la jungla 40 kilómetros, les han devuelto a la civilización. Y es que Ho Van Thanh, de 82 años, se encuentra ya demasiado débil y precisa de cuidados.
Otro hijo superviviente, que se crió con un familiar, sabía del paradero de ambos desde 1984, pero el padre era reticente a volver por el miedo a la guerra. Una guerra que acabó hace décadas, pero que obligó a este hombre a vivir en la soledad de la naturaleza, como un ermitaño, con temor al ser humano.
Todo desde hace 40 años, en plena guerra de Vietnam, cuando un bombardeo arrasó la casa del hombre y acabó con su familia. Su hijo, que por aquel entonces era tan solo un bebé, se ha criado allí solo junto a su padre y apenas sabe articular palabra.
Ahora las autoridades, tras adentrarse en la jungla 40 kilómetros, les han devuelto a la civilización. Y es que Ho Van Thanh, de 82 años, se encuentra ya demasiado débil y precisa de cuidados.
Otro hijo superviviente, que se crió con un familiar, sabía del paradero de ambos desde 1984, pero el padre era reticente a volver por el miedo a la guerra. Una guerra que acabó hace décadas, pero que obligó a este hombre a vivir en la soledad de la naturaleza, como un ermitaño, con temor al ser humano.
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