Un hombre navegaba junto a su mujer y su mascota por costas de Sudáfrica cuando naufragó. Decidió salvar la vida de su perra primero antes que ayudar a su esposa.
Graham y Sheryl Anley parecían ser la pareja perfecta. Todo era tan maravilloso que se compraron un yate y se lanzaron a surcar los mares. Querían navegar durante tres meses desde East London, en Sudáfrica, hasta Madagascar. Para ello llevaron consigo a su perrita Rosie, una Jack Russell de 9 años.
Sin esperarlo el barco comenzó a hundirse. El hombre se lanzó al agua para nadar hasta la orilla, y llevó consigo a Rosie. Pero dejó atrás a su mujer, Sheryl, que quedó atascada con el mecanismo de dirección del yate.
Todo hay que decirlo, la perrita contaba con un equipo de salvamento canino encima. Con salvavidas y sistema de luz estroboscópica de emergencia. Pero Graham prefirió agarrar a la pequeña perra y ponerla a salvo. Luego, una vez en tierra firme la amiga de cuatro patas, regresó a por su mujer.
El yate de la pareja y arriba a la izquierda Graham con su perra Rosie
Graham y Sheryl Anley parecían ser la pareja perfecta. Todo era tan maravilloso que se compraron un yate y se lanzaron a surcar los mares. Querían navegar durante tres meses desde East London, en Sudáfrica, hasta Madagascar. Para ello llevaron consigo a su perrita Rosie, una Jack Russell de 9 años.
Sin esperarlo el barco comenzó a hundirse. El hombre se lanzó al agua para nadar hasta la orilla, y llevó consigo a Rosie. Pero dejó atrás a su mujer, Sheryl, que quedó atascada con el mecanismo de dirección del yate.
Todo hay que decirlo, la perrita contaba con un equipo de salvamento canino encima. Con salvavidas y sistema de luz estroboscópica de emergencia. Pero Graham prefirió agarrar a la pequeña perra y ponerla a salvo. Luego, una vez en tierra firme la amiga de cuatro patas, regresó a por su mujer.
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